lunes, 21 de enero de 2019

SI EL TALENTO NO DESAPARECE, ¿ENTONCES QUÉ?.. ¿Cómo se pueden explicar las malas rachas en los equipos de fútbol?


El principal motivo por el que un deportista me pide trabajar con él, es por su falta de confianza. Esta viene acompañada de los malos resultados y de las malas sensaciones. Cuando un jugador pierde la confianza, arrastra otras variables psicológicas como la motivación, la capacidad de disfrutar y hasta el esfuerzo. Porque, ¿quién quiere esforzarse para no tener premio? Hay momentos en los que por mucho que invierta, no llega el premio. Pero sí llega la desesperación, la  incomprensión y la frustración.

Cada jugador del Madrid está ahí porque tiene un talento indiscutible, como casi todos los jugadores de primera división, y el talento no se deja de tener. Se nace con él o no se nace. Un jugador que atraviesa una mala racha tiende a dudar de su juego, y con ello, de su capacidad para resolver la situación y hacer lo que mejor sabe. Cuando dudas del talento, desvías la atención al lugar equivocado y te centras en la negatividad. Quien nace con talento nace con la habilidad para realizar algo de forma extraordinaria, por encima de lo esperado. Es genético. Nadie deja algún día de cantar bien si nace cantando bien.





Entonces, si no es el talento, ¿qué explica esta situación? Desde la psicología, se puede achacar las malas rachas por medio de muchas variables. Empezando porque el fútbol es una actividad irregular, en la que es imposible, a pesar de que afición y club lo pretendan,  ser cada año el mejor. Cuando entras en bucle, jugadores y técnicos dedican mucho tiempo a analizar el error, temen seguir errando, el fracaso se convierte en una obsesión y casi que se reza antes de entrar a jugar para no repetir lo mismo que el partido anterior. Desde la psicología, este es el gran error: poner el foco de atención en lo que no funciona. Solo genera desconfianza, inseguridad, bloqueo y ansiedad.

Ese foco de atención en lo negativo, en el futuro incierto o en el miedo a no ser capaces de reaccionar, debilita la confianza, la claridad de ideas, poder tomar decisiones sin presión y hasta el carácter. Uno se vuelve irascible, está a la defensiva y en muchos casos enfrenta a los compañeros. El foco de atención en el error y en el miedo es un cáncer.

Así que no se trata de analizar en profundidad qué está ocurriendo, sino qué queremos que ocurra y cuáles son los recursos individuales y de equipo para que eso ocurra. Cuanto mayor es el miedo y la inseguridad, más necesidad existe de buscar puntos de seguridad y anclaje. Y estos están en lo fácil, en lo que cada uno saber hacer bien, en la confianza, en recordar talentos concretos, en tener las ideas claras de lo que se espera de cada uno y del equipo, en fomentar la empatía y el apoyo y en analizar cómo se ha logrado el éxito anteriormente.

Parezca algo obvio para jugadores estelares. Pero hasta ellos son humanos y necesitan un refresco y ejercicios sencillos que les devuelva la atención al éxito y a lo seguro.





Fuente: Patricia Ramírez (marca.com)

NO ME LLAMES CRACK



“…se creía muy especial,
por eso nunca hacía nada,
y estaba todo el tiempo huyendo (y corriendo)…” -  del relato inédito
‘Fuegos de artificio’, de Fátima M. Roldán.

En estas semanas he estado enredado con un libro que me ha llamado la atención por su capacidad de describir dos formas distintas de ver y vivir en el mundo que condicionan nuestras decisiones y nuestros procesos y, por tanto, también nuestra vida (entendida como un cúmulo de consecuencias precisamente esto, de nuestras de decisiones y nuestros procesos).

El libro se llama “Mindset. La actitud del éxito”, de la psicóloga e investigadora norteamericana Carol S. Deweck.

Es curioso, porque al mismo tiempo que tenía la sensación de que no me estaba diciendo nada que no intuyera, su lectura me parecía absolutamente necesaria por lo bien que se describen estos dos enfoques de vida, porque es un libro basado en numerosos estudios que ratifican lo que en él se dice, por la cantidad de ejemplos reales y prácticos que ilustran sus textos…





…y por su capacidad de confrontarnos y hacernos pensar sobre nuestro propio enfoque a la hora de afrontar la vida y los retos que en ella se incluyen.

Dos mentalidades

El libro habla de la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento. A groso modo una mentalidad y otra se diferencian esencialmente en que la primera se basa en la creencia de que “la capacidad se tiene y necesita ser demostrada”, y la otra se refiere a que “la capacidad es una habilidad cambiante que puede desarrollarse por medio del aprendizaje”.

(…si a estas alturas ya están pensando que tú eres del grupo de la mentalidad de crecimiento, te recomiendo que te vayas encargando el libro y le pegues un repaso… básicamente porque no te puedes imaginar la cantidad de indicios que te hacen actuar desde el enfoque fijo, pensando que juegas en modo “dinámico y de crecimiento” …)


La mentalidad fija tiene una concepción estática de la inteligencia, y las personas que permanecen en ella actúan de dos maneras: deseando hacer gala precisamente de su inteligencia y capacidad o todo lo contrario, escondiéndose. A largo plazo, la mentalidad fija lleva a las personas a evitar/temer los retos, ya que suponen un riesgo a quedar en evidencia si no se superan. Ven el esfuerzo como una manifestación de la incapacidad para hacer algo y las críticas a su desempeño como un ataque hacia su persona o algo totalmente inútil e inefectivo.

La mentalidad de crecimiento concibe a la inteligencia como algo que se puede desarrollar y ven en el aprendizaje el medio para ello. De esta forma, son personas que perciben los retos y el esfuerzo como un camino natural y necesario en la vida. Suelen ser receptivos a los fracasos y las críticas, que no es que la vivan con alegría y regocijo, pero sí las consideran una fuente de información para mejorar en su desempeño.

En síntesis, la mentalidad fija está en “demostrar que uno es especial o superior” y la mentalidad de crecimiento se desarrolla considerando de que “las habilidades pueden cultivarse”, pero no te dice cuánto cambio es posible ni cuánto tiempo hará falta para ello.

La paradoja del elogio

Pues bien, desde el contexto anterior, una de las cosas que más me han llamado la atención del libro es la paradoja que se puede dar con el uso del elogio. Y es que, si bien pareciera que alabar el éxito no debería suponer ningún problema, dependiendo de cómo se haga puede tener unos resultados nefastos.

Reforzar el éxito como resultado de la manera de ser es típico de la mentalidad fija y la refuerza. Ejemplos: “Qué inteligente eres…”, “…eres un puto crack…”, “…este tío es un genio…” o el clásico “…qué listo es este niño…” …

…alabar una y otra vez lo inteligentes que somos, lo rápido que hacemos las cosas, lo excelentes de nuestras maneras o la genialidad de nuestro talento irá generando una concepción positiva de uno mismo que temeremos perder o no ser merecedores de ella. Haremos las cosas ya no por el valor que tienen en sí mismas o lo que representan, sino para demostrar lo que somos y mantener nuestro estatus.

El rendimiento se termina viendo como un reflejo del carácter, y si el éxito significa que “somos listos” el fracaso significará que “somos tontos”.

Típico de este enfoque de mentalidad fija es que la persona se centra en hacer las cosas bien y que parezcan hechas de forma rápida y natural, como si le saliera sin ningún esfuerzo ya que el esfuerzo será un síntoma de incapacidad. A la larga, cualquier reto supondrá un examen de su manera de ser, es más, en los peores casos los retos se tratarán de evitar (para no ponerse en evidencia ante la posibilidad de un resultado no deseado).

Al final, “el peso del talento mata el disfrute”.

Nota para educadores: hasta tal punto pueden ser perjudiciales cierto tipo de elogios, que la autora del libro llega a afirmar que “elogiar la inteligencia de los niños daña su motivación y rendimiento”, replegándolos, colocándolos a la defensiva y alejados del aprendizaje.

…sobre el fracaso

Consecuencia de lo anterior, para las personas que viven en una mentalidad fija, el fracaso se percibirá como un reflejo de su identidad, y esto es una putada… ya que nos afianza más en esta posición estática e inamovible.





La estrategia de la mentalidad fija frente al fracaso es justificarlo o maquillarlo, o dicho de otra manera, protegernos frente a él. La cuestión es que una protección frente a algo tan natural como el fracaso es una forma de manipular la realidad. Decirnos, cuando la cagamos, que no pasa nada o que no tiene importancia y que las circunstancias no eran las más favorables… nos aleja de la realidad y nos aporta poco margen de maniobra.

Así, si bien “la nota de un examen no es para siempre”, como dice la Profesora Dweck, y no tiene por qué marcar el signo de tu vida… es conveniente aceptar el fracaso y sus consecuencias, por muy dolorosas que sean. Solo así obtendremos el margen de maniobra necesario para entrenar aquellas competencias que necesitamos fortalecer y desarrollar, para en el futuro mejorar la toma de decisiones y/o la ejecución de nuestras acciones, aproximándonos a un mejor resultado.

Para las personas con mentalidad de crecimiento el fracaso es una consecuencia, no es una cuestión de identidad.

El camino del éxito

Todo lo anterior no significa que tengamos que obviar nuestros aciertos y aceptar con feliz resignación nuestros fracasos. Eso sería caer en un discurso de positivismo facilón… y de conformismo con lo que te ocurra. ¡¡Tampoco significa que tengamos que evitar el elogio!! …solo se trata de evitar cierta clase de elogios.

¿Qué podemos hacer entones? ¿Cuál es la respuesta más efectiva y más nutritiva para generar una mentalidad de crecimiento?

Para encontrar una respuesta adecuada a este dilema, Carol S. Dweck nos formula a su vez una pregunta muy clarificadora e inspiradora en este sentido: “¿Cuándo te sientes inteligente: cuando eres impecable o cuando aprendes?” … y desde esta cuestión, nos anima a considerar los siguientes aspectos…

… Cuando reforzamos o castigamos la capacidad de la persona estamos en un enfoque de mentalidad fija. En cambio, cuando ponemos el foco en el esfuerzo y los logros, y la relación que existe entre ellos, estamos en mentalidad de crecimiento.

… Para hacer crecer nuestra mentalidad de crecimiento, y la de los demás, es importante enfocarnos en los procesos y procedimientos, en el cómo hacemos las cosas, en las estrategias y los esfuerzos que se invierten. Elogiar el esfuerzo siempre dará más seguridad y generará más confianza que elogiar el resultado.

…y cuando las cosas no salgan bien, reconocerlo abiertamente y sin miedo. Generar una actitud de apertura a las críticas constructivas, esas que nos dan las claves de aprendizaje. Recuerda que la buena crítica nos dinamiza el aprendizaje.

… “tener un talento innato no es un objetivo, pero ampliar las habilidades y capacidades sí”.

… bajar los niveles de exigencia no ayuda, eso genera personas que piensan que tienen derecho a todo y de forma casi gratuita. Subir los niveles sin proporcionar los medios para alcanzarlos es otra trampa. La mentalidad de crecimiento se genera cuando se suben los niveles y se dan los recursos que se requieren para su consecución, facilitando que se alcancen, con el foco en el proceso.

En resumen, y como ya he escrito en otras ocasiones, la mentalidad de crecimiento tiene mucho que ver con percibirnos como personas inacabadas, conscientes de que somos el resultado final (siempre provisional) de nuestra biografía y la consecuencia de nuestra toma de decisiones y nuestras estrategias…

…desde ahí… a seguir evolucionando…

…a seguir ascendiendo..




Fuente: procesosyaprendizaje.es

EL DEPORTE COMO MAYOR PRECURSOR DE HABILIDADES SOCIALES



El verano es una época muy propicia para practicar deporte. El buen tiempo, el mayor número de horas de sol y la disponibilidad de tiempo libre, son factores que invitan a salir a
la calle y realizar alguna actividad física.

Sin embargo, las nuevas tecnologías y su diversidad de aplicaciones, han restado protagonismo a los tradicionales juegos infantiles y otras actividades, practicadas fuera de casa. Así, cada vez son más los casos de niños/as que prefieren quedarse dentro del hogar jugando a la videoconsola, al ordenador, etc.; antes que salir fuera y practicar alguna
actividad física en compañía.

Debido a la importancia de las habilidades sociales en nuestra vida, practicar deporte puede convertirse en un hábito trascendental y de gran ayuda para desarrollarlas. Por esta razón, podemos aprovechar las vacaciones para iniciar a los/as niños/as en la práctica de actividades deportivas, ya que, además de su importancia social, éstas llevan asociadas una gran cantidad de benecios para la salud. Entre estos benecios podemos mencionar los siguientes:

- La práctica de deporte promueve la adquisición de hábitos saludables y valores sociales como el respeto, el compromiso, la colaboración y el cumplimiento de normas.

- En línea con lo anterior, el ejercicio físico aporta un gran bienestar psicológico al favorecer el trabajo en equipo, la autoestima y la solidaridad. Su práctica asimismo, potencia el autoconocimiento y es una increíble fórmula para aprender a valorarse e integrarse exitosamente en el grupo de iguales.

- El deporte favorece también el desarrollo físico, sobre todo el desarrollo óseo y muscular del/ la niño/a, previniendo igualmente, la aparición de enfermedades cardiovasculares y combatiendo la obesidad.

- Así pues, las personas que practican deporte, tienen menos posibilidades de caer en  adicciones peligrosas. Pues con éste aprenden la importancia de cuidarse y adquirir
hábitos sanos para la vida que les fortalezcan y enriquezcan a todos los niveles. Hábitos estos, donde las adicciones y sus consecuencias no tienen cabida alguna.

La práctica de ejercicio físico, debido a todas las ventajas que lleva asociadas, debe convertirse en un hábito rutinario y fundamental en la vida del/la niño/a. Un hábito que le
acompañe toda su vida y cuyos benecios pueda aprovechar. No obstante, en ocasiones, es bastante complicado implementar la práctica de alguna actividad física en la infancia. La razón de ello se encuentra muchas veces, en una inadecuada iniciación a la misma.




Recomendaciones para iniciar a los niños en la práctica del deporte

- Incluir el deporte en la rutina familiar: haciendo de éste un hábito cotidiano compartido por todos los miembros del núcleo familiar, planicando actividades semanales en las que la actividad física sea la nota predominante.

- Aprovechar alguna ación del niño/a para incorporar la práctica de ejercicio físico: partir siempre del ocio y la diversión para implementar la práctica de deporte, es decir, iniciarles en éste desde edades tempranas, de manera amena y entretenida.

- Emplear refuerzos tanto en las victorias conseguidas como en las derrotas: es importante reforzar al/la niño/a tanto en los éxitos, por haberlos conseguido, como en las derrotas, por haberlo intentado. De esta manera, el/la pequeño/a aprenderá que lo importante es la práctica del deporte en sí y no tanto el resultado del mismo. Así, con el refuerzo en ambas ocasiones mencionadas, se contribuirá a mantener su nivel de motivación en la práctica de
ejercicio físico.

- Evitar presiones: la práctica de deporte, debe ser adaptada a la edad y condición física del/la niño/a; debiendo tener en cuenta sus limitaciones para establecer metas coherentes
y alcanzables; evitando por tanto las presiones para conseguir determinados objetivos que pudieran serle difíciles o complicados. Las presiones pueden resentir su motivación, y en consecuencia su autoestima e interés por la práctica de ejercicio físico.

- Implicarnos en sus entrenamientos: es importante que una vez que el/la niño/a, se encuentre involucrado en la práctica de algún deporte, nos impliquemos en sus entrenamientos y le mostremos interés y apoyo. Asimismo, es fundamental proporcionarle un equipamiento adecuado que le proteja de lesiones.



Fuente: Mariela Clemente (educapeques.com)

A LOS NIÑOS HAY QUE PREGUNTARLES DESPUES DEL PARTIDO SI SE HAN DIVERTIDO



El fútbol, a cualquier edad, pero, sobre todo, para los más pequeños, debería ser una forma de disfrutar y de pasárselo bien. El fútbol te permite evadirte, te ayuda a aprender valores, a compartir experiencias con compañeros…

Pero a veces, por las presiones desmedidas y los comportamientos inadecuados de los propios padres, puede convertirse en un auténtico suplicio, provocando a algunos niños, una angustia que les empuja a querer dejar de practicar este maravilloso deporte.

Hoy queremos hacernos eco de una carta que el CD Leganés reparte entre los padres que acuden a las instalaciones del Jesús Polo, lugar donde se juegan  los partidos de la cantera y que se ha hecho viral en las redes sociales en las últimas semanas… Material para hacernos reflexionar.

Lo primero, enhorabuena, por la iniciativa. Parece mentira que a estas alturas, tengamos que recordar este tipo de cosas ¿no?

Lo primero que quiero aclarar es que no es una iniciativa exclusivamente mía. Es una iniciativa del club, lo que pasa que yo, como responsable del departamento de la cantera y como director de la misma, al final, sí que soy un poco el que la representa. Es una idea que recoge muchos mensajes que se ven en los campos, de algo de lo que estamos especialmente concienciados en el club. Todo ello con la ayuda y colaboración del departamento de comunicación, que han sido los que le han terminado de dar forma y los que han hecho ese cartel y de ponerlo en la entrada. Creemos que es muy importante que un padre antes de entrar al campo reflexione un instante.

¿Sabes si es habitual este tipo de acciones como la que ha hecho el Lega, en el fútbol base, en el fútbol formativo para evitar este tipo de situaciones?

Afortunadamente sí. La gente se está concienciando y son muchos los campos en los que se pide respeto hacia al árbitro y al rival.



¿Cuáles son los principales comportamientos más criticables que suelen ver en las gradas de partidos de cantera?

Tenemos suerte que en el Anexo, donde juega nuestros equipos de cantera, contamos con un grupo de padres excepcional. Al final siempre hay alguno que se altera más que otro, pero no va más allá. Tenemos la suerte de tener un buen grupo de padres y si a eso le añadimos acciones nuestras… Por ejemplo, te adelanto que  el día 2 de febrero, a través de la Liga, que es una escuela de padres a través de Javi Torres, tenemos una reunión con ellos y se les habla de cómo deben de comportarse. Los actos más reprochables suelen ser contra los árbitros. En algunos campos y, en ciertos partidos, en el minuto 4, lamentablemente, una afición u otra ya le ha reprochado al árbitro cualquier cosa. Se oyen auténticas barbaridades desde la grada.

¿Cuál crees que es la razón de este comportamiento tan injustificado?

Es un reflejo de hacia dónde está yendo la sociedad. Hoy en día la cultura del esfuerzo, del trabajo, del ganarse por uno mismo las cosas, creo que se está perdiendo. Muchas veces, cuando un niño no juega o no le salen las cosas, o no juega lo que cree su familia o representante lo que debería jugar, tratamos de echar balones fuera y de buscar un culpable. Buscamos el culpable de por qué no juega mi hijo, el compañero de mi hijo, al amigo de mi hijo… y buscamos un culpable y al final el blanco fácil suele ser el árbitro.

¿Qué se le pasa a un niño a estas edades cuando ve a su padre gritar, insultar, pelearse, presionarle?

Es totalmente perjudicial. Nosotros a principio de temporada establecemos una serie de reuniones con los padres desde la dirección del fútbol base y puntualizamos dos cosas: una es el respeto al rival y la otra es que prohibimos totalmente que el padre sea entrenador. Les explicamos que para eso ya existe una persona responsable. Que no olviden que son críos de 10 o 12 años, que todavía están formándose y les pido que piensen que las instrucciones que les están dando desde la grada pueden ser totalmente contrarias y opuestas a las que les está dando su entrenador. Y para un chico con esas edades tener que elegir entre lo que le dice un entrenador, al que le une un gran afecto de verle todos los días, y lo que le dice su padre, que es su referencia, pues esa elección no es fácil. A los chicos a veces le dan ganas de decir: sal tú que yo no sé lo que hacer…

Debe de ser muy frustrante para los responsables de las categorías inferiores, que os dejéis la vida formando e inculcando valores a los chavales y encontraros que los padres hacen esto, ¿no?

Evidentemente. Nosotros como directores de la cantera y como formadores en general cometeremos nuestros errores, pero siempre tratando de ser lo más justos posibles… Pero de ahí a pensar que el mundo está en contra de mi hijo, me parece que es un error. Yo les digo a muchos padres, cuando un árbitro viene a pitar a un alevín del Leganés es imposible que se levante pensado que va a fastidiar al alevín del Leganés. Es algo que no tiene ningún sentido.
 
En caso de que haya algún caso de este tipo en vuestras instalaciones, ¿Cómo actúa 
el club? ¿Qué protocolo tenéis?


Es algo complicado. ¿Qué potestad tengo yo, como director del fútbol base en un recinto privado, eso sí, pero qué potestad tengo yo para decirle a alguien que abandone un recinto? No puedo hacerlo. El protocolo que tenemos es acercarnos al padre con buenas maneras, porque alguien que quiere discutir, si encima vas de malas formas, al final puede ser peor el remedio que la enfermedad. Algunas veces hemos tenido que recurrir a las fuerzas de seguridad y han sido ellos los que han tomado las medidas oportunas. Hay una medida en el club que hemos hecho y me gusta y es, gracias a una iniciativa que hicieron el año pasado los padres del alevín A. Básicamente es un padre que le gusta venir con el bombo a animar y se creaba un ambiente muy bueno. Y propuse a todos los equipos que se hicieran con un bombo de animación y cantaran porque lo que conseguíamos es que, cada vez que un padre de una afición rival insultaran, nosotros con el ruido del bombo impedíamos que se escuchara y conseguíamos que en el campo se escuchara solo mensajes de ánimo. Al final lo hemos instaurado como una especie de norma y esos padres del alevín A cada vez que un padre insultaba desde la grada, pues rápidamente era contestado con el bombo.

¿Os ha pasado algún caso concreto de algún chaval que os haya comunicado que no se encuentra cómodo con el comportamiento de sus padres en la grada?

Está mal decirlo pero hay jugadores que se sienten muy presionados y como te decía antes ven al entrenador como alguien muy cercano, una persona a la que poder contar sus problemas y la verdad es que es un hecho.

¿Qué les dices a esos padres que creen que sus hijos van a ser  Messi, Ronaldo, Neymar?

Les digo que de momento disfruten. Que si juegan en el equipo del barrio, pues en el equipo del barrio, que si juegan en el Leganés, que disfruten y que valoren dónde están. Y que disfruten del tiempo que sus hijos están en un equipo de nivel. Pero que no se acaba el mundo cuando te dicen que no puedes seguir en una cantera, o cuando decides abandonarla. Al final es un deporte, una ilusión. Lamentablemente el porcentaje de jugadores que llegan a la élite es ínfimo. Les diría que disfrutaran de sus hijos y que cuando terminaran el partido la primera pregunta fuera si se han divertido y no que les machacaran con cosas como que no hagas caso al entrenador, el entrenador no tiene ni idea, que habéis perdido por el árbitro… No. Hay que preguntar si va todo bien con los compañeros, con el entrenador… Ya habrá tiempo de sufrir con cosas relacionadas con el fútbol. En el fútbol base lo que hay que hacer es divertirse.

¿Crees que, en algún caso, a ciertos padres se les olvida preguntar a sus hijos si realmente son felices jugando al fútbol y anteponen sus propios deseos a lo quieren realmente los chavales?

Totalmente. Pasa eso en muchos casos. Como te decía antes es un reflejo de la sociedad. Hay mucha gente que ha querido ser futbolista y no lo ha sido por motivos x y quieren verse reflejados en sus hijos y lo único que hacen es crearles y meterles presión.



Fuente: somoselfutbolmodesto.blogspot.com.es

viernes, 18 de enero de 2019

10 IDEAS BASICAS PARA UN DESAYUNO ANTES DE UN PARTIDO


Todo deporte, y el fútbol no podía ser menos, necesita de una buena dosis de energía para enfrentarnos a la práctica. La alimentación es la clave para el aporte energético necesario.

Cuando la competición o el entreno son por la mañana debemos ser especialmente cuidadosos con la primera comida del día. El desayuno debe asegurarnos nuestros factores de rendimiento.

Lo que aquí os dejamos son 10 recomendaciones personales que buscan la línea correcta en el desayuno óptimo. Apúntalas!!

REGLA Nº 1 y fundamental. No inventar. Es decir, no vamos a desayunar nada diferente un día de competición que otro normal, o al menos, vamos a evitar los experimentos.
2. Utiliza el sentido común y, eso sí, antes de una competición dedica un tiempo a planificar lo que vas a desayunar.
3. Es importante la cena del día anterior, que sea rica en proteínas (carne, pescado, verduras…) y consistente.
4. Duerme al menos 7 horas
5. Desayuna como muy tarde 2h antes del calentamiento
6. Que no sea muy abundante. Es mejor variado y de no mucha cantidad.
7. Incluye hidratos pero no excesivamente azucarados: cereales tipo avena, pan (en todas sus variantes)… evita cereales azucarados, bollería industrial, etc. Evita exceso de azúcar
8. Puedes incluir proteínas (pollo, pavo, ternera) aquí hay que ser especialmente cuidadosos de no ingerir carnes o pescados muy grasos por su lenta digestión.
9. Las grasas que debemos ingerir preferiblemente son frutos secos, aceite de oliva, miel.
10. Bebe bastante: agua, zumos naturales…

Un ejemplo de desayuno antes del partido podría ser:

* Un zumo, y mejor si es natural
* Café con leche
* Un yogur con avena y miel.
* Un par de tostadas/pan con mermelada o pavo o aceite de oliva.
* Frutos secos sin sal, como los higos, pasas, pistachos, nueces o avellanas (poca cantidad)  (podemos llevarlos con nosotros al campo unos pocos, es lo mejor para “matar” el hambre”).

Y en relación con lo anterior de llevar al campo siempre, más si no has desayunado bien, lleva al descanso una barrita de muesli o similar y un plátano. Además de beber, eso siempre, el agua que creas necesaria o bebidas isotónicas (más si el calor es abundante por el exceso de sudoración).



Fuente: clubdefutbolblog.blogspot.com.es

PORQUE FRACASA LAS DIETAS? Sólo 2 de cada 10 personas logran el objetivo de perder peso



El 75 por ciento de la población adulta ha intentado adelgazar en algún momento de su vida y un porcentaje similar de personas afirman que no están contentos con su cuerpo, según los datos de un informe que en 2014 publicó la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). Sin embargo, pese a este porcentaje tan elevado, el mismo estudio reveló que sólo 2 de cada 10 personas que empiezan una dieta consiguen perder peso.

Los motivos de este fracaso son varios. Uno de los principales, tal y como destaca Susana Monereo, secretaria de la Seedo, es creer que se puede adelgazar muy deprisa. “La dieta como tal, generalmente, se hace muy poco tiempo. Los hábitos se relajan rápidamente”, afirma la especialista en Endocrinología. A esto se añade que no estamos ante algo matemático, “no existe una fórmula que se pueda aplicar a todos los pacientes, sino que se debe adaptar a cada uno de ellos. Lo que para unos puede ser una equivocación, a otros puede funcionarles”, añade Eva Gosenje Ábalos, dietista-nutricionista del Comité Científico de la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Además, la mayoría de las dietas comienzan con un error de base: si queremos conseguir que la pérdida de peso sea real, hay que cambiar el enfoque. Es decir, las dietas son puntuales y sus efectos también lo son. Lo que debe plantearse una persona que quiere adelgazar es una modificación de su estilo de vida, de hábitos, alimentación y ejercicio físico. “Hay que cambiar las cosas que te hacen engordar. Ser activo y mantenerlo, hacer ejercicio y mantenerlo, comer despacio y poco y mantenerlo, dormir bien y mantenerlo. Comer menos grasas y azúcares y mantenerlo. Reducir el ocio pasivo y cambiarlo por actividad y mantenerlo… ¡Para toda la vida!”, advierte Monereo.

Como muy poco, pero no pierdo peso. Seguramente la mayoría de las personas que han seguido o siguen una dieta o se han propuesto adelgazar han pensado o dicho esta frase en alguna ocasión. ¿Por qué se estanca una persona y no puede seguir adelgazando? Monereo vuelve a explicar que hay varias razones. “En el caso de la mayoría es porque está comiendo más de lo que cree”, afirma. La segunda razón es porque el cuerpo adapta el metabolismo bajando el gasto energético como respuesta a una ingesta baja. “Es un mecanismo de defensa para no malnutrirse y sobrevivir al hambre”, añade. Por último, no hace ejercicio y lo que está consiguiendo es balancear la ingesta y el gasto.

Quitar alimentos, pesar y medir lo que comemos, ¿funciona?

¿Es necesario pesar todo lo que cocinamos para que la dieta tenga el efecto que buscamos? Gosenje destaca que las situaciones a las que se ha enfrentado en su consulta le han demostrado que no resulta adecuado pautar dietas en las que el paciente tenga que pesar todo lo que come. “Normalmente pesar todo resulta una tarea complicada y pesada para el paciente; esto lo único que va a hacer es dificultarle y desmotivarle para continuar con el tratamiento. Suele funcionar mucho mejor trabajar en consulta el concepto de medidas caseras, con imágenes de tamaños de platos, o con trucos que ayuden a calcular la cantidad de alimento sin tener que pesar: utilizando la medida de un yogur, o el método de la mano, por ejemplo”, aconseja.

A esto Monereo apostilla la siguiente recomendación: usar platos y cubiertos pequeños para evitar grandes cantidades y grandes bocados.

Respecto al tipo de alimentos que hay que quitar de la dieta, ambas recuerdan que la alimentación debe ser variada y equilibrada. Teniendo en cuenta esta premisa confirman que hay que eliminar los productos más calóricos, es decir, aquellos alimentos insanos, de alta carga energética y baja calidad nutricional como las grasas no saludables (grasas vegetales parcialmente hidrogenadas, aceite de palma y palmiste, exceso de grasas saturadas), los azúcares simples añadidos o la sal. “En general, no resultan recomendables los productos ultraprocesados como la bollería, la galletería, los snacks, los dulces, las bebidas y los lácteos azucarados, los embutidos, etc.”, aclara Gosenje.

¿Qué pasa con las bebidas alcohólicas y el pan?

El alcohol es de esos productos que aportan calorías vacías, es decir, aportan energía a razón de 7 kcal por gramo de alcohol, sin nutrientes, lo que favorece la ganancia de peso. De hecho, la portavoz de la Seedo insiste en que el consumo de alcohol es una de las razones habituales por las que las personas no adelgazan. “No son capaces de dejar el alcohol”, añade.

¿Tostado, blanco, integral, con semillas, en colines? ¿Son mejores las variedades secas del pan o el fresco? Gosenje destaca que la principal diferencia entre el pan tostado y el fresco está en la cantidad de agua. El pan tostado, al tener menos agua, tiene más cantidad de nutrientes calóricos (grasas, hidratos de carbono y proteínas) que el pan fresco.




“La característica del pan que sí va a tener consecuencias sobre nuestra dieta va a ser que sea integral (con harinas integrales o cereal de grano entero) o blanco (con harinas refinadas). El pan integral, además de fibra, va a aportarnos más vitaminas, minerales y sustancias beneficiosas. Por otro lado, el contenido en fibra va aumentar la sensación de saciedad; así como aportará beneficios en cuanto al control de la glucosa y el colesterol, aspectos que pueden ser necesarios en pacientes que necesitan perder peso”, añade la nutricionista.

En este sentido, Monereo recuerda que el pan es un hidrato de carbono que compite con la pasta, el arroz, las legumbres o las harinas. Si tomamos pan, deberíamos reducir estos alimentos.

¿Cómo podemos tener éxito con la dieta?

Por último, la portavoz del Comité Científico de la Academia Española de Nutrición y Dietética destaca algunos aspectos que deben darse para que la dieta tenga éxito además de acudir a un experto:

Motivación

Hay que estar motivado antes de empezar el régimen y mantener esa motivación durante todo el tratamiento. Para ello:

  • La persona debe fijarse un objetivo, responsabilizarse e implicarse. El objetivo tendrá que ser a medio-largo plazo y realista, ya que si nos marcamos metas imposibles (perder 10 kg en un mes, por ejemplo), sólo conseguiremos frustrarnos al no lograrlas.
  • Una vez que tenemos fijado un objetivo a medio-largo plazo es recomendable ponerse pequeñas metas a corto plazo que nos vayan conduciendo a nuestro objetivo último. “Ver cómo se van consiguiendo pequeños retos que uno mismo se ha propuesto aumenta la confianza en uno mismo”, señala Gosenje.
  • Apoyarse en el dietista-nutricionista para consensuar, identificar y priorizar los objetivos.
  • Nadie es perfecto todos los días, a todas horas. No debemos castigarnos si un día no tomamos la mejor elección alimentaria, esto de perder peso, de cambiar hábitos, es una carrera de fondo donde lo que marca el éxito va a ser lo que se haga como norma general.

No buscar ni esperar milagros

Perder el exceso de grasa acumulado, cambiar hábitos alimentarios, incrementar el nivel de actividad físico lleva su tiempo y requiere esfuerzo. “Como en todo, no existen los atajos ni los milagros, y recurrir a ellos puede suponer más perjuicio que beneficio en el corto y medio plazo, desde el conocido efecto rebote, a problemas más graves como daños renales o hepáticos, déficits nutricionales, trastornos de la conducta alimentaria, resistencia a la pérdida de peso en siguientes dietas…”.

La especialista indica que no se debe recurrir nunca a dietas y productos milagro y terapias alternativas sin fundamento científico.

No autoponerse a dieta

Igual que no debemos auto-medicarnos, tampoco podemos ponernos a dieta haciendo lo que a uno le parezca o crea o haya oído, o siguiendo la dieta que le ha funcionado bien al vecino, el compañero de trabajo o mejor amigo. La dieta debe adaptarse a la persona y no al revés.

“Debemos aceptar que hay distintos tipos de cuerpos (de caderas anchas, con una talla 80 de pecho o con una 95, con la nariz grande o chata, etc.), y que la forma del cuerpo, la distribución de la grasa, la proporción de masa muscular, va variando con la edad. Es algo que no podemos cambiar aunque queramos”, concluye la nutricionista.